A partir del próximo verano la estación más emblemática de la red de metro de Madrid recupera su nombre original: Sol, a secas. Es decir, Vodafone caerá del nombre después de 3 años de acompañarlo en todas sus aplicaciones. Este contrato fue muy criticado por la opinión pública y reportaba a las arcas de la ciudad 1 millón de euros anuales.
Parece ser que la cosa no se repetirá porque no gusta en general pero también porque, según el consejero de transportes de Madrid: «tendría que haber una oferta multimillonaria para que se pudiera retomar este proyecto y no parece que el mercado pueda satisfacer las aspiraciones económicas de Metro de cara a compartir nuestro nombre con el de otra marca».
Puedes leer más sobre el tema en este artículo de El País.
Anteriormente, en su obsesión por sacar dinero de debajo de las piedras (en este caso, casi literalmente), Madrid ya había experimentado con los naming rights de sus estaciones de metro. Fue una experiencia menos cuidada que la de Vodafone en su concepción y su diseño y también en su duración en el tiempo.
Bla Bla Bla LAB 